lunes, 9 de agosto de 2010

LUNES, DÍA 2 DE AGOSTO

Anoche llegué a casa sobre las 20:00 horas (2:00 de la madrugada en España), casi cuatro horas después de haber llegado a Boston. El motivo no fueron otros sino la pérdida de mi maleta por parte de la compañía (como ya me advirtieron Guillermo y Carolina. ¡Saludos, chavales!) y que la señora en cuya casa voy a vivir no ha venido a recogerme, a pesar de saber que llegaba a las 16:00. En fin, estoy tan increíblemente excitado que nada de esto me importa. Y, sin dejar de moverme de un lado para otro de la acera que cincurnvala el aeropuerto, la llamo por teléfono. Hi, Chris, it's Paco, your new english language student, from Spain. I'm here, to Boston. Me pregunta que cómo voy a llegar a casa. Le respondo que usando el metro (que aquí lo llaman Subway, como la empresa de bocadillos/ comida rápida) y el autobús. Me dice que el autobús no funciona los domingos, así que al final del subway ella me esperará. Joder, por fin alguien hace algo gratis por mí.
Y... ya llegué a casa. En Lexington, a unos 20 kilómetros de Boston. Este pueblo es uno de lo lugares más importantes en el comienzo de la Revolución americana, la verdadera revolución (la Francesa acabó como el Rosario de la Aurora).  Fue aquí donde se disparó el primer tiro, y donde se libró la primera batalla de los americanos contra lo casacas rojas, el 19 de abril de 1775. Los americanos perdieron, pero la batalla sirvió para entretener a los británicos en su camino a Concord. Allí, ya bien organizados y con buenos pertrechos, los americanos hicieron morder el polvo a los "God save the King". Aquellos disparos fueron disparos que se oyeron en todo el mundo.
Los pueblos de Lexington, Arlington, Cambridge, Concord, Liconl, y algunos otros del condado son, creo yo, algunos de los lugares con más encanto que existen para vivir. La gente del lugar mantiene un nivel de vida muy por encima del de Masachussets, que ya es uno de los más altos del país. Y, durante este mes, yo viviré entre ellos. Mamma mia! Desde mi casa se ve esto:

Y esto:


Por la mañana del lunes, día 2 de agosto, salimos temprano (en casa somos tres estudiantes: una chiquilla italiana, una señora japonesa y un servidor) :

nos espera un día largo en un idoma que apenas comprendemos. Tras tomar un autobús, cogemos el metro. El famoso Subway bostoniano:

donde se pueden ver anuncios como éste:

  En fin, el caso es que el primer día es una vorágine (María Moliner dixit: torbellino de emociones o sentimientos muy intensos). Y transcurre tan rápido que apenas tengo tiempo de darme cuenta de lo que he conseguido. Estoy en Boston, la ciudad tantas veces soñada. 
A mediodía me dicen que mi nivel es intermedio (4 for grammar y 5 for conversation and listening). Me parece bien. Por la tarde, a los nuevos nos llevan al barrio italiano a probar un dulce que todos los dos de agosto se vende en una tienda de allá. El dulce está demasiado dulce, pero el camino al lugar está lleno de edificios hermosísimos: 

                                        
 
Al cabo de un rato, algunos estudiantes nos vamos de allí, del barrio italiano, al centro. Yo no tengo todavía mi maleta, por lo que debo comprar pasta de dientes y un cepillo, como mínimo: confío en vano en que esta noche cuando regrese, ya esté allí. Vamos al Government Center: en este lugar está el Congreso y el Palacio de Justicia; pero, el motivo por el que yo ya conocía este lugar es por la última escena de la película "El confidente" (The friends of Eddie Coyle), una gran peli de cine negro de los 70'. Y, después de comprar dentifrico y cepillo, nos vamos a un café de la esquina a tomar algo. Y yo, por fin, he conseguido mi primer The New York Times: 
    
  
Y me siento feliz, como un niño con zapatos nuevos.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Has visto la película Arlington Road? si no has tenido ocasión, hazte con ella a la vuelta... no la veas allí o ese tipo de pueblos no te pareceran tan encantadores.
Muy chulas las fotos

Jan D. Walter dijo...

Qué bien, tío. Me alegro muchísimo por tí. Cuánto me gustaría estar aí contigo!

Anónimo dijo...

Anónimo: sí he visto Arlington Road", aunque no me acordaba de ella. Gracias. Y sí, desde esa óptica, estos pueblos no son tan seductores. Por cierto, el otro día, estuve en Lexington Center, que es el pueblo en realidad de Lexington. y parecía un juguete a tamaño natural: pequeños restaurantes, pequeños cafés, todo muy familiar y relajado, limpio y en medio de la maravillosa naturaleza.
Ya nos vemos.

Anónimo dijo...

Oye, Jan, el año próximo vienes conmigo. Porque yo repito!!!!! :D Un abrazo!

Anónimo dijo...

Si tú lo dices ...
Jan