domingo, 22 de agosto de 2010

NEW YORK CITY

Después de mucho prepararlo, por fin, ya está aquí el viaje a NYC. A pesar de ser 7 las personas que realizamos el viaje, fui yo solito quien lo preparó todo. En términos generales, todo salió bien, aunque el hotel fue muy muy caro. Y es que nunca me acuerdo de que aquí los precios te los ponen sin las taxas. Eso significa que, en NYC por ejemplo, hay que añadirle un 15% más.
Anyway, salimos el viernes pasado (13 de agosto) a las 8:00 am,  by bus; y llegamos a las 12:20. Sin hacer ni un sólo descanso.
Impresionante.
Lo primero que hicimos fue ir al hotel, claro. Y usamos el subway, el famoso subway neoyorkino. Si es cierto que es un poco complicado: debes saber adónde vas, pero eso es normal. Por lo tanto, tras saber que las líneas paran en puntos blancos o negros, depende, y que hay varias líneas con los mismos colores, y que un mismo andén es usado por varias líneas (hay un cártel que te dice las líneas que paran allí), no hay ningún problema. En dos minutos te haces con él. Eso sí, es conveniente pedir en la windowsticket un plano del metro. Es extensísimo y hay 24 líneas.

El plan era visitar el sur de Manhattan, con el Distrito Financiero, y Brooklyn bridge y la Estatua de la Libertad, ese viernes por la tarde. Todo el centro y Central Park el sábado, y el domingo Times Square, Greenwich Village, etc.
Y eso hicimos, más o menos:
 

Ésta última foto es algo que llevaba muchísimo tiempo buscando. El lugar desde el cual se veía el Brooklyn bridge y el Skyline de NYC.
La sensación que me produjo, la primera sensación está muy lejos de la imagen de esta ciudad que a menudo se nos presenta. En absoluto sentí que había stress, o rapidez, o que cada uno iba a lo suyo. Al contrario, creo que la palabra adecuada es "gran armonía". Calma, concordia. Todo está lleno de turistas que se mezclan con los neoyorquinos, pero no hay conflicto. Quizás en el Bronx, por donde pasó el bus hasta llegar a South Station. Ni siquiera cuando caminaba borrachuzo el sábado night del Soho al hotel, en Chinatown. Las calles estaban atestadas de gente que salía o entraba de clubs, y yo medio vomitando todo, con varias bolsas típicas de turistas entre mis manos, caminaba entre ellos. Todo fue muy natural, o eso me lo pareció a mí. El caso es que los tres días aquí han supuesto una gran experiencia vital que, una vez más, confirman todas mis opiniones acerca de esta gente y este país. New York es inmensa en su interior. Quizá la tengo mitificada, pero es lo que veo. 
El sábado fuimos al Top On The Rock, en el Rockefeller Center. Puedes comprar un combinado: ticket para subir al TopOnTheRock and MOMA, el museo. Y eso fue lo que hicimos. Junto al Rockefeller Center, en la 5th Avenue, está también el RadioCity Musical Hall, el teatro más importante de New York City; o sea, del mundo. 
Desde el Top se consiguen las mejores vistas de toda la ciudad. Por ejmplo éstas:

 
En el MOMA se hallan algunas de las mejores obras del siglo xx, de Picasso, Modigliani, Klimt, Kandinsky, Miró o Dalí. Vale mucho la pena, o sea It's worth it!!!

 
Luego, en Central Park, pasamos el rato jugando al frisbi. Creo que por fin sé cómo se usa. Creo!


La intención de marcharnos a continuación al Soho no era otra sino cenar algo y tomarnos algunas copichuelas. Y eso hicimos. El Soho queda cerca de Chinatown, por lo que era muy fácil volver caminando. En fin, no hay fotos de todo eso, pero os aseguro que me cogí una buena. Tomé, sólo, varios whiskies, 3. Pero, mezclados con la cerveza, fueron explosivos. La próxima vez que vuelva, lo primero que haré será acercarme al Soho, de día, para disfrutarlo plenamente.
El domingo por la mañana, estaba tan hecho polvo que sólo fui a Times Square. En pleno centro de la plaza han instalado una especie de Comisaría de Policia.
 
De regreso a Boston, la lluvia comenzó a caer sobre la Gran Manzana. Y yo tuve la sensación de que esta ciudad es todo lo contrario de lo que siempre nos cuentan. La gente aquí no parece dura, ni que esté de vuelta de todo. Al contrario, sólo vi buen rollo por parte de los neoyorquinos y ganas de llevarse bien con todo el mundo. Y decidí, mientras el autobús cruzaba el Bronx River que volvería más pronto que tarde a esta única y excelente ciudad. Sure!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tan lejos, tan cerca!