martes, 27 de julio de 2010

A BOSTON


Hace muchos años había una serie de televisión cuya acción transcurría en un bar de Boston. Ese lugar existe y se llama "Cheers", como el nombre de la serie. El tema de cabecera se titula "Where everybody knows your name". Me gustó mucho. No sé si los bostonianos son como la serie los refleja, pero me da igual. El ambiente tan familiar alrededor de una barra de bar fue lo que me cautivó. Nunca había imaginado hasta entonces que uno podía ser un borrachuzo sin que los parroquianos te miraran con condescendencia.
Era la época en que en España triunfaban Danza Invisible con "El club del alcohol", Los toreros muertos con "Agüita Amarilla", Los Inhumanos con "Duba Duba", Gabinete Caligari con "Al calor del amor en un bar", o "Cuatro Rosas" (por el bourbon Four Roses), Ramoncín con "Hormigón, mujeres y alcohol", y un largo etcétera que nunca lograba recordar.
Muchos años después, en la cola de facturación y a punto ya de viajar a Boston, recuerdo la serie, Cheers, y percibo que aquella época fue el origen de lo que, tal vez, en breve culminará. Y sonrío porque, estoy seguro de ello, aquélla fue una época muy feliz, en la que todo era fácil. No sólo beber, sino también las chicas, y los amigos.
Muchos años después descubro que Boston es el lugar que siempre he esperado. Boston es la libertad, el origen de todo lo que hoy es hermoso en occidente. Volar a Boston es como sumergirse en las aguas del río Charles, dejar que tu cuerpo se empape de libertad y, al salir, respirar un aire nuevo. Es posible que, en realidad, sólo sean unas clases de inglés. Pero, no sé, quiero pensar que Boston es el final de un largo viaje, y el comienzo de... No sé de qué, pero de algo. Seguro. Here we go!